Por Ankur Prakash, Vice President – Manufacturing SBU & Ibero-America
Los campos de la Inteligencia Artificial (IA), robótica, automatización de procesos y heurística se están desarrollando a un paso acelerado.
Aunque no sabemos exactamente en qué forma tocarán nuestras vidas, estas tendencias rediseñarán para siempre la sociedad, los negocios y, potencialmente, hasta la misma naturaleza humana.
El debate inevitable ahora es la forma en que la automatización, la IA y la robótica sustituirán el esfuerzo humano. El enfoque correcto es considerar cómo pueden manejarse de manera práctica las herramientas de IA, tanto a nivel individual como empresarial, para aumentar el valor de nuestras actividades y lo que ofrecemos a nuestros clientes y/o accionistas.
Es probable que las tareas más repetitivas y agotadoras físicamente serán cedidas cada vez más a robots alimentados con IA, conforme los costos de este proceso continúan reduciéndose, por lo que prepararnos para el futuro se vuelve una necesidad urgente.
Sin embargo, éste es apenas el primer peldaño de una escalinata muy larga.
Las aplicaciones más interesantes de este proceso involucran la mezcla entre la IA y la inteligencia humana, lográndose resultados sin precedentes:
Impulsando las innovaciones rentables La IA no solamente hace posible reducir costos o encontrar nuevas formas de ser eficientes. De hecho, tiene la capacidad de cambiar completamente la naturaleza de los servicios que creamos. Por ejemplo, uno puede usar una aplicación instalada en el automóvil o en el teléfono móvil para ajustar la prima de su seguro dependiendo de la forma como conduce, con la información fluyendo en tiempo real y de manera detallada.
Una vez diseñada, una solución como ésta tiene un potencial de escalabilidad ilimitado.
En este caso, la IA no solamente mejora la forma en la que los aseguradores manejan el riesgo, sino que cambia de manera completa los parámetros de evaluación de riesgos. Aunque esto podría parecer que no es un cambio radical, este tipo de servicios tendrán un efecto de “contagio” que causará el surgimiento de más aplicaciones para la IA.
Soluciones a problemas críticos a escala mundial Algunas de las aplicaciones más interesantes para la IA serán para esas empresas y organizaciones creadas para resolver algunos de los problemas más importantes de la sociedad, como la sustentabilidad global, el acceso a los servicios de salud, a la educación y otros derechos básicos que están fuera del alcance de muchos en el mundo en desarrollo. La IA puede prever brotes de enfermedades y compartir advertencias de desastres naturales al ser alimentada por los grupos correctos de datos. Eso significa que, hasta cierto punto, podemos prepararnos para un desastre antes de que ocurra.
Otro ejemplo es la atención médica remota en países en desarrollo, al agregar movilidad y visión de computadora a la IA, mejorando los servicios de salud donde sus recursos son desesperadamente insuficientes.
Cambios en el lugar de trabajo Aunque la IA a fin de cuentas será incorporada a todos los procesos y sistemas de la organización, incluso en las áreas de recursos humanos, siempre será necesario que sean personas quienes emitan juicios, tomen decisiones estratégicas y consideren los aspectos emocionales de cualquier decisión que sea tomada.
De hecho, en un mundo cada vez más saturado por la IA, estas características únicas de la raza humana serán de vital importancia.
En lugar de considerar la toma de decisiones como un proceso competitivo entre los seres humanos y los robots, podrías ver a la IA como un apoyo para los dirigentes de la empresa que les permitirá pensar las cosas más claramente y tomar decisiones mejor informadas.
¿Y qué hay de los temores sobre el “lado oscuro” de la IA? Algunas personas temen que la IA traerá consigo una era distópica, en la que poderosos ejércitos de robots serán manejados por fuerzas malignas y destruirán la sociedad. Pero estas visiones oscuras podrían ser demasiado alarmistas.
Conforme nos acostumbramos a la nueva tecnología de IA, nos daremos cuenta de que, al igual que todas las cosas, puede ser usada para el bien o para el mal. Hablando filosóficamente, el mundo opera sin embargo bajo la premisa de que hay más bondad que maldad.
Hay que tomar en cuenta que nuestros conceptos más básicos, como el dinero, son esencialmente cosas positivas, pero pueden ser usados también con propósitos destructivos (el dinero puede conducir a la avaricia, por ejemplo). En el terreno tecnológico hemos visto el uso reciente de malware para ataques generalizados, orquestados para afectar a millones de usuarios.
El caso de la AI no será diferente. Todos compartimos la responsabilidad al respecto, tanto los usuarios finales como las empresas de tecnología. Debemos de asegurarnos de que creamos los sistemas que contendrán al “lado oscuro” de la IA, ecosistemas que se regulen a sí mismos, los que a fin de cuentas signifiquen que usamos la IA para el bien y no para el mal.